En aras de hacer eficiente
el proceso de investigación, se hizo necesaria la realización de un análisis detallado
de los diferentes mercados potenciales para así poder determinar cuál es el
mercado al que más le resulta atractivo nuestro producto. A la hora de determinar cuáles eran los criterios
más importantes al momento de seleccionar el país de destino, se estableció que
lo que debía primar eran los marcados rasgos característicos poblacionales, es
decir encontrar una población en la que se puedan evidenciar claramente la
segmentación, no sólo socioeconómica sino generacional, ya que el producto que
se ofrece requiere de determinado nicho de mercado que no en todo país se puede
encontrar.
Aspectos como la cultura, el
idioma, la religión, las prácticas comerciales, la esperanza de vida de la
población, las costumbres y hábitos de consumo son algunos de los criterios que
no se deben dejar pasar por alto ya que son claves a la hora de encontrar la
mejor manera de llegar al corazón del consumidor.
La correcta y específica
definición del TM (target market) permite encontrar el punto exacto a donde se
debe llegar a ofrecer nuestro producto. De la misma forma el soportar esta idea
en acuerdos internacionales vigentes entre las partes permite tener cierto
margen de flexibilidad y seguridad en los términos y condiciones de las
posibles negociaciones.
Mercado
objetivo
En primera instancia se
consideró que el país al que se iban a enfocar los esfuerzos de comercio
internacional debía pertenecer a la Unión Europea, debido a sus ingresos per
capita y nivel sociocultural, los cuales contribuyen a apreciar de una mejor
forma la calidad del producto a exportar. Para poder obtener una viabilidad
económica del negocio se requiere que la contraparte cuente con un margen de
seguridad ante tanta incertidumbre e inestabilidad política y económica. De la
misma forma el país objetivo debe carecer de producción local del producto en
mención que es el durazno en
presentación deshidratada. Es decir, debe ser un país cuya principal actividad
económica no sea el agro, en especial el cultivo de frutas. Para ser más
específicos debe ser un país que no se encuentre en el trópico. De acuerdo con
estas consideraciones encontramos que Alemania es el país que mejores
perspectivas puede ofrecernos para el mercado de piña deshidratada.
Al tener presente que el
éxito radica en el hecho de enfocarnos en quienes pueden acceder fácilmente a
nuestro producto, consideramos pertinente que el país destino cuente con un
ingreso per cápita alto ya que este es un producto con un costo significativo,
sin llegar a ser de lujo. Por esta misma línea, encontramos que al ofrecer un
producto alimenticio que hace parte de la dieta diaria, específicamente en lo
referente a la ingesta de frutas y verduras, el consumidor más adecuado es el
de edad adulta porque es consciente de que para mantenerse sano debe basar su
dieta en productos naturales y no en tantos productos artificiales que le
ofrece el mercado.
Sin embargo, al unir los
criterios mencionados anteriormente encontramos que la piña deshidratada es un
producto “nuevo”, es decir, con una presentación diferente de la tradicional.
Esto resulta ser una alternativa atractiva para aquellos que están cansados de
pelar y picar la fruta para podérsela comer pero que a su vez ofrece las mismas
bondades nutricionales de la misma. De igual manera permite consumir la piña en
el menor tiempo posible sin que pierda sus propiedades y que no requiera de
pasos tediosos para su consumo. Ello resulta ser una gran tentación. Así el
consumidor encuentra una presentación que cuenta con el mismo sabor original de
la fruta y que a su vez elimina el riesgo de encontrar un fruto aparentemente
en buen estado exterior pero con dañado en su interior (magullado o en
condiciones de descomposición).
Acceso
al mercado
Al observar la acelerada
evolución en el volumen de producción del durazno a nivel mundial en la última
década, consideramos importante analizar cómo se encuentra repartida “la torta”
de este buen negocio. Para este momento, el 90% de la demanda mundial del
durazno se concentra en doce naciones:
Estados Unidos, Francia, Alemania, Japón, Canadá España, Bélgica, Italia, Reino
Unido, Corea, Países Bajos y Singapur. Estos países no basan precisamente su
consumo en la producción interna dando lugar a nuestro objeto de estudio.
El consumo de frutas
tropicales importadas se centra en personas que cuentan con un alto poder
adquisitivo, lo que genera una primera característica a considerar en la nación
o país de destino. En la actualidad, dada la inestabilidad monetaria, es vital
observar países que sean tan fuertes que en momentos de crisis no vean
alterados sus comportamientos de consumo, acción que se ve en países “grandes”
como Alemania, Reino Unido y Francia.
Sin embargo, para poder
entrar pisando fuerte al mercado objetivo se requiere mirar quienes más están
detrás del comercio mundial de este, como por ejemplo Brasil, Filipinas, Costa
Rica, México y Tailandia.
Para poder cubrir su demanda
es vital considerar cuál de estos países específicamente brinda mayores
opciones de acceso a su mercado, ya que en el mundo las reglamentaciones y
condiciones de comercio, y aún más el relacionado con productos alimenticios,
son muy complejas. Otro aspecto a considerar es la parte logística que implican
los negocios. Por eso nos enfocamos en una nación que cuente con costa y por
ende puerto marítimo, para facilitar el acceso al mercado.
Al consolidar y contemplar
cuán factible resulta desarrollar un plan exportador a los países en mención,
encontramos que quien reunía la mayoría de los requisitos es Alemania, entrando
específicamente por Hamburgo, su puerto más importante. Para sustentar esta
determinación a continuación se enuncian los aspectos que consideramos más
relevantes de esta nación.
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